Una investigación del Bryn Mawr College ubicado en la ciudad de Pennsylvania (EE.UU.) revela que todos los niños de dos años deben conocer y utilizar como mínimo las siguientes palabras en sus respectivos idiomas:
"mamá", "papá", "bebé", "hola", "chao", "leche", "sí", "no", "perro",
"gato", "nariz", "ojo", "auto", "caliente", "gracias", "zapato",
"libro", "pelota", "jugo", "más", "plátano", "galleta", "baño",
"sombrero" y "terminé". Según los expertos, lo óptimo es que con 24
meses de edad se sepan y se conozcan aproximadamente 300 palabras y a los 30 meses tener un bagaje de 600 palabras.
Otra investigación llevada a cabo por la Universidad de Washington, en EEUU, en niños
de siete y once meses de edad, plantea que el cerebro de un bebé comienza a
establecer las bases de formación de palabras mucho antes de que empieza a hablar. Así pues, los bebé pueden distinguir las diferencias entre los sonidos de
todas las lenguas a los ocho meses de edad, cuando sus cerebros
empiezan a centrarse en los sonidos que escuchan.
Esta investigación publicada en
Proceedings of the National Academy of Science, muestra que los
sonidos del habla estimulan las areas del cerebro que coordinan y planifican
los movimientos motores del habla. "
La mayoría de los bebés balbucean a los siete meses pero no
pronuncian sus primeras palabras hasta después de su primer cumpleaños",
afirma Patricia Kuhl, codirectora del
Instituto de
Ciencias del Aprendizaje y el Cerebro de la
Universidad de Washington.
Kuhl y su equipo de investigación creen que
esta práctica en la planificación motora contribuye a la transición, un proceso durante el cual los bebés se vuelven más sensibles a su lengua materna. Los
resultados destacan la importancia de hablar con los niños durante las
interacciones sociales, aunque ellos no hablen.
Durante esta investigación se realizó un experimento: se puso a los bebés en un escáner cerebral que mide la actividad cerebral a
través de una técnica no invasiva llamada
magnetoencefalografía (MEG). Los
bebés, entre cinco y doce meses de edad, escucharon una
serie de sílabas de lenguas nativas y extranjeras (inglés y español) y los investigadores registraron sus respuestas
cerebrales. Gracias a este experimento se pudo observar actividad cerebral en el
giro temporal superior (un área auditiva
del cerebro), así como en el
área de Broca
y el
cerebelo, regiones corticales responsables de la planificación de
los movimientos motores necesarios para la producción del habla. Este patrón de activación cerebral producido por los sonidos de la
lengua materna a los siete meses de edad (inglés), así como en una
lengua no nativa (español), demuestra que a esta edad, los bebés responden a todos los sonidos del habla.